jueves, 11 de diciembre de 2008

Mi confrontación con la docencia

Soy Licenciada en Administración Industrial egresada de UPIICSA, escuela perteneciente del Instituto Politécnico Nacional, desde hace 26 años, como estaban los trámites de que me casaba, procuré titularme, obteniendo el título, hace 25 años, una vez titulada inmediatamente ingresé a trabajar en la Contraloría General de la Federación, me casé y a los 6 meses quedé embarazada de mi hijo Tomás, embarazo de alto riesgo que tuve que solicitar licencia, mientras tanto empecé a estudiar una maestría en Administración Industrial en la misma escuela de egreso, cursando el propedéutico, misma que por una mala jugada del destino, el profesor de estadística se equivocó en asentar mi calificación, que después de tener 10 de promedio me asentó W de ausente, por tal motivo me dieron de baja en la maestría.
Entonces me dediqué a cuidar a mi hijo, pero también por una jugada del destino, donde el padre de mis hijos (me expresó así de él pues ya nos divorciamos), siempre que le solicitaba dinero nunca tenía, y como no quería que mi hijo sufriera carencias como yo las tuve, solicité la reinstalación en la Contraloría y fue precisamente cuando empezaron en el gobierno a congelar las plazas, motivo por el cual no me pude reinstalarme. No me di por vencida y mi hermano Martín, me dijo que fuera a Dirección General del Colegio de Bachilleres de la zona metropolitana, a meter mi solicitud pues había en el plantel 12 vacantes para profesor, no me gustó la idea pero dice por mientras, aunque rogaba que no se hiciera pues yo deseada estar en una oficina. Y que me van llamando pues había vacantes para mi área de Administración, desconocía la ubicación del plantel, y mi hermano Martín me llevó para entrevistarme con el Jefe de Materia, el Licenciado Mariano Robles, le gustó mi curriculum vitae e inmediatamente me dijo “se queda a dar clases e inicia mañana mismo”. Me entregó los programas, me quedé sorprendida pues de la noche a la mañana tenía que presentarme con alumnos adolescentes y sin saber manejar el programa, revisé el programa no se me hicieron desconocidas las unidades afortunadamente en la escuela superior tuve a una buena profesora que me enseñó todo lo relativo a Recursos Humanos, pero dudaba de mi capacidad para manejar adolescentes. Acostumbrada a estar con mi hijo, y dejarlo en las mañanas se me hacía una eternidad, y a medio semestre le indiqué a mi jefe que dejaba el trabajo, me preguntó porque le dije que extrañaba a mi hijo y él me respondió “no deje el trabajo, se va a realizar como mujer pero como profesionista no, solo deja a su hijo por las mañanas, las tardes las tiene para estar con él”, me quedé callada, analicé la situación y vi que tenía razón, le indiqué que me quedaba. Así es como inicié mi carrera de profesor.
En la actualidad he observado y sentido que al profesor, los jóvenes nos ven como un enemigo, pues nos trasladan como los padres que en forma constante les están llamando la atención y corrigiendo sus errores, y desde este punto de vista ponen su barrera. No es el caso de todos existen alumnos que nos ven como sus orientadores en sus problemas, dado que los escuchamos y los guiamos en la solución de sus problemas que para nosotros son fáciles pero para ellos son el fin del mundo. Aunque el profesor no debe estar dentro de éste rol, pero el ambiente hace que nos involucremos en estas actividades digo de “padres suplentes”. Pienso que nuestro papel es de facilitador del proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual siempre busco dentro de mis clases e inclusive al inicio del semestre les ofrezco mi apoyo pero fuera del horario de clases.
El estar en la educación medio superior, es para un reto dado que estamos tratando con alumnos que no son niños pero tampoco son adultos, y semestre a semestre los jóvenes llegan con muchas carencias, pues casi el 90% son hijos de padres divorciados o en proceso de divorcio, volviéndose muy activo o muy pasivos, con fuertes procesos de baja autoestima. Otros viven con sus abuelos con las mismas carencias de autoestima, muy pocos soy hijos de madres solteras. Con este desequilibrio, es que indico que es un reto lograr que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea satisfactorio al 100%.
Mi satisfacción como profesor es que cuando me encuentro a alumnos egresados, me dan las gracias cuando están trabajando o estudiando en la superior, eso me llena de orgullo dado que se acuerdan de lo que les digo cuando están en mis clases: “estos conocimientos que les regalo hoy, les va a servir para el día de mañana ya sea si van a trabajar o si continúan con sus estudios”. Además de que siempre los hice trabajar mucho en el semestre. Aunque existen algunos que no quieren saber de mí, precisamente porque les hago trabajar mucho en mis clases.
La insatisfacción como profesor es como la de muchos de mis compañeros: el pago. Este es bajo, sin embargo siempre agradezco a la institución, que aunque sea poco, ese poco me ha dado para dar de comer a mis hijos y a mí, me ha dado para poseer algunos bienes y que a la fecha me permite sostener la carrera de mis dos hijos, Tomasito que está estudiando medicina y Alejandro que está estudiando licenciatura en informática.

Mi aventura de ser docente

Al leer “La aventura de ser maestro”, coincido en que, nos hicimos profesores por ensayo-error, y seguiremos formándonos con este binomio, ya que semestre a semestre nuestros alumnos son diferentes, e inclusive retomando lo que en algunas de las lecturas complementarias indica, estar impartiendo una misma materia en un mismo nivel pero a otro grupo, cambia la planeación que se hizo respecto al proceso de aprendizaje y tenemos que ser sagaces en este momento e implementar estrategias de enseñanza para lograr el objetivo de la sesión. Y bien lo dice el autor Esteve, aunque somos educadores resulta que somos educandos, al estar estudiando en primer lugar al grupo y posteriormente a cada integrante del grupo, al menos en mi quehacer docente si lo hago, estudio de cada alumno su comportamiento, su forma de expresarse, de escribir, de realizar sus tareas, inclusive su forma de saludar, de tal forma que cuando me entregan tareas y con solo ver el nombre del alumno, ya sé la calidad de la actividad.
Las clases van a iniciar el próximo lunes 18 de agosto, y ya lo mencionó Arturo entra el nervio, aunque el indica que fue cuando se inició como profesor, pero yo me pongo nerviosa cada semestre pues desconozco los alumnos que tendré durante todo el semestre, esto implica lo que se indica en “La concepción del profesor”, poner en práctica: “la didáctica como ciencia de indagación”. Y es de mentalizarme de “no ver a los alumnos como enemigos de los que hay que defenderse”, pero esto es para cuando uno ya lo conoce pero en un inicio de semestre al menos me mantengo en la expectativa. Posteriormente todo fluye por sí solo a través de diálogos con los alumnos, del uso del razonamiento e inclusive de compartir experiencias con ellos cuando uno fue alumno, y de vez en cuando comentando algunas metáforas en relación al comportamiento que se vaya suscitando en el transcurso del semestre, logrando así como indica Esteve, “una empatía con los alumnos”.
Retomando la lectura de Esteve, y es la queja de muchos de mis compañeros del plantel, los alumnos semestre a semestre llegan con más deficiencias en todos los aspectos de lenguaje, de conocimientos, inclusive se ha observado distractores “tecnológicos”, como el uso de celulares, mp3, juegos, hasta el fenómeno social la ruptura de una familia de padres e hijos, la mayoría son alumnos donde sus padres están divorciados o por divorciarse, y viven con los abuelos o solos, algunos son padres de familia y tienen que trabajar y ver por sus hijos, en fin muchos distractores a los que nos enfrentamos, lo cual implica que debemos adaptarnos a estas desventajas, para transmitir los contenidos de los programas. Con este análisis y comparándola con la lectura indicada, entiendo el porqué del título: “La aventura de ser maestro”, y vaya que sí es una aventura, y que si hago una remembranza semestre a semestre he tenido cada suceso con los educandos, pero es lo que le pone lo emocionante a las clases, a veces lo veo como un reto día a día, es hacer lo dice la lectura: “…pensar escribiendo como pensar hablando, pensar viviendo”. En este apartado se puede retomar lo que Laura compartió en la primera semana en solo considerar a las alumnas que sí participaban e ignoraba a las no participativas, posteriormente se dio cuenta de su actitud y cambió.
Lo que hemos vertido en este foro, todos sin excepción nos movemos por el mismo patrón, dado que estamos en un ambiente con individuos de iguales características.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Los saberes de mis estudiantes.

Los estudiantes utilizan el internet normalmente para enviarse mensajes, buscar información que les interesa, bajar música y videos, buscan imágenes y pegan, e inclusive compiten en juegos. Consideran que el uso de internet en su proceso de enseñanza aprendizaje, puede ser útil dado que les permitiría interactuar con sus compañeros y maestros la información que vayan a procesar y enviar, con el uso de foros de conversaciones psicológicas, científicas y de opinión. Además de que existe mucho material didáctico que les permitiría una mejor visualización del tema. El implementar este tipo de aprendizaje requiere se les enseñe el manejo de todos los programas de la computadora así como el buen manejo de la computadora. También será necesario que sea en un lugar confortable, amplio y con todos los accesorios actualizados de la computadora.