Al leer “La aventura de ser maestro”,  coincido en que, nos hicimos profesores por ensayo-error, y seguiremos formándonos con este binomio, ya que semestre a semestre nuestros alumnos son diferentes, e inclusive retomando lo que en algunas de las lecturas complementarias  indica, estar impartiendo una misma materia en un mismo nivel pero a otro grupo, cambia la planeación que se hizo respecto al proceso de aprendizaje y tenemos que ser sagaces en este momento e implementar estrategias de enseñanza para lograr el objetivo de la sesión. Y bien lo dice el autor  Esteve, aunque somos educadores resulta que somos educandos, al estar estudiando en primer lugar al grupo y posteriormente a cada integrante del grupo, al menos en mi quehacer docente si lo hago, estudio de cada alumno su comportamiento, su forma de expresarse, de escribir, de realizar sus tareas, inclusive su forma de saludar, de tal forma que cuando me entregan tareas y con solo ver el nombre del alumno, ya sé la calidad de la actividad.
Las clases van a iniciar el próximo lunes 18 de agosto, y ya lo mencionó Arturo entra el nervio, aunque el indica que fue cuando se inició como profesor, pero yo me pongo nerviosa cada semestre pues desconozco los alumnos que tendré durante todo el semestre, esto implica lo que se indica en “La concepción del profesor”, poner en práctica: “la didáctica como ciencia de indagación”. Y es de mentalizarme de “no ver a los alumnos como enemigos de los que hay que defenderse”, pero esto es para cuando uno ya lo conoce pero en un inicio de semestre al menos me mantengo en la expectativa. Posteriormente todo fluye por sí solo a través de diálogos con los alumnos, del uso del razonamiento e inclusive de compartir experiencias con ellos cuando uno fue alumno, y de vez en cuando comentando algunas metáforas en relación al comportamiento que se vaya suscitando en el transcurso del semestre, logrando así como indica Esteve, “una empatía con los alumnos”.
Retomando la lectura de Esteve, y es la queja de muchos de mis compañeros del plantel, los alumnos semestre a semestre llegan con más deficiencias en todos los aspectos de lenguaje, de conocimientos, inclusive se ha observado distractores “tecnológicos”, como el uso de celulares, mp3, juegos, hasta el fenómeno social la ruptura de una familia de padres e hijos, la mayoría son alumnos donde sus padres están divorciados o por divorciarse, y viven con los abuelos o solos, algunos son padres de familia y tienen que trabajar y ver por sus hijos, en fin muchos distractores a los que nos enfrentamos, lo cual implica que debemos adaptarnos a estas desventajas, para transmitir los contenidos de los programas. Con este análisis y comparándola con la lectura indicada, entiendo el porqué del título: “La aventura de ser maestro”, y vaya que sí es una aventura, y que si hago una remembranza semestre a semestre he tenido cada suceso con los educandos, pero es lo que le pone lo emocionante a las clases, a veces lo veo como un reto día a día, es hacer lo dice la lectura: “…pensar escribiendo como pensar hablando, pensar viviendo”. En este apartado se puede retomar lo que Laura compartió en la primera semana en solo considerar a las alumnas que sí participaban e ignoraba a las no participativas, posteriormente se dio cuenta de su actitud y cambió.
Lo que hemos vertido en este foro, todos sin excepción nos movemos por el mismo patrón, dado que estamos en un ambiente con individuos de iguales características.
Las clases van a iniciar el próximo lunes 18 de agosto, y ya lo mencionó Arturo entra el nervio, aunque el indica que fue cuando se inició como profesor, pero yo me pongo nerviosa cada semestre pues desconozco los alumnos que tendré durante todo el semestre, esto implica lo que se indica en “La concepción del profesor”, poner en práctica: “la didáctica como ciencia de indagación”. Y es de mentalizarme de “no ver a los alumnos como enemigos de los que hay que defenderse”, pero esto es para cuando uno ya lo conoce pero en un inicio de semestre al menos me mantengo en la expectativa. Posteriormente todo fluye por sí solo a través de diálogos con los alumnos, del uso del razonamiento e inclusive de compartir experiencias con ellos cuando uno fue alumno, y de vez en cuando comentando algunas metáforas en relación al comportamiento que se vaya suscitando en el transcurso del semestre, logrando así como indica Esteve, “una empatía con los alumnos”.
Retomando la lectura de Esteve, y es la queja de muchos de mis compañeros del plantel, los alumnos semestre a semestre llegan con más deficiencias en todos los aspectos de lenguaje, de conocimientos, inclusive se ha observado distractores “tecnológicos”, como el uso de celulares, mp3, juegos, hasta el fenómeno social la ruptura de una familia de padres e hijos, la mayoría son alumnos donde sus padres están divorciados o por divorciarse, y viven con los abuelos o solos, algunos son padres de familia y tienen que trabajar y ver por sus hijos, en fin muchos distractores a los que nos enfrentamos, lo cual implica que debemos adaptarnos a estas desventajas, para transmitir los contenidos de los programas. Con este análisis y comparándola con la lectura indicada, entiendo el porqué del título: “La aventura de ser maestro”, y vaya que sí es una aventura, y que si hago una remembranza semestre a semestre he tenido cada suceso con los educandos, pero es lo que le pone lo emocionante a las clases, a veces lo veo como un reto día a día, es hacer lo dice la lectura: “…pensar escribiendo como pensar hablando, pensar viviendo”. En este apartado se puede retomar lo que Laura compartió en la primera semana en solo considerar a las alumnas que sí participaban e ignoraba a las no participativas, posteriormente se dio cuenta de su actitud y cambió.
Lo que hemos vertido en este foro, todos sin excepción nos movemos por el mismo patrón, dado que estamos en un ambiente con individuos de iguales características.
 
 
 
Hola Tere
ResponderEliminarGracias por invitarme a tu blog, te contesto hasta este momento, ya que tuve que salir al Estado de Hidalgo, comparto con lo que se señalas en la formación que hemos tenido, a través del ensayo y el error, sin embargo cotidianamente buscamos alternativas metodológicas que enmienden esta situación, mediante los cientos de cursos que hemos tomado tanto didácticos como disciplinarios, considerro que lo estamos haciendo bien, sobre todo al involucrarnos con la RIEMS. Sigamos Fortaleciendo el cambio…
Saludos
Manuel